miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Es el fin de una costumbre?



Por Yanina Garcia

Como  hace dos años, en nuestra ciudad siempre que estamos a un paso de aproximarnos a las épocas de celebraciones por navidad y la llegada de año nuevo, es cuando se abren múltiples debates o discusiones por el uso de pirotecnia, pero el tema más sobresaliente hoy en día, es su total prohibición y esto provoca el enojo por parte de todos los ciudadanos.
Todo parte desde la iniciativa en base a que las sociedades cambian y avanzan , que a raíz de esto hay que buscar otros entretenimientos, protegiendo a titulares de derechos que antes no eran tenidos en cuenta, como los animales. Es por este motivo que un bloque político presenta, como hace dos años, un proyecto de Ordenanza de su autoría para que en Coronel Rosales se prohíba totalmente la venta al público y el uso de pirotecnia en forma doméstica. Pero resulta que esta vez, la cosa va en serio y el pedido de prohibirlo se va a concretar.
De esta ordenanza, lo que realmente molesta a varios sectores de la sociedad (adultos, jóvenes y niños) y se contrapongan a esta idea, es que al prohibir la pirotecnia en las fiestas, es prohibir una tradición esencial para cada uno de los que forman parte de esta comunidad.  El uso de esas bengalas, para todos significa una forma de celebrar y festejar  la noche buena  y la bienvenida de otro año nuevo, de manera única  e inolvidable. Desplegar cañitas a lo alto y ver montones de colores en cielo oscuro de la noche, no se compara con nada en particular, no se compara a ninguna otra noche negra y sin brillo de colores, como a las que más a delante vamos a tener que acostumbrarnos.
Si bien las causa de impedir el uso total de las pirotecnias son los animales, solo hay que tomar los recaudos necesarios para que los mismos no sufran, ya que son sensibles al sonido que producen esas bengalas. Tratemos de evitar accidentes y tomar conciencia, cuidar al prójimo cuando utilicemos los fuegos artificiales. No dejemos que nos quiten esa costumbre que solo podemos disfrutarlos dos veces al año.

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